ARISTÓTELES BREÑA REPRESENTA LA GASTRONOMÍA PERUANA EN PANAMÁ

ARISTÓTELES BREÑA REPRESENTA LA GASTRONOMÍA PERUANA EN PANAMÁ

Aristóteles Breña, dueño de las tres sucursales de Nazca 21 en Panamá, es un chef autodidacta que anteriormente trabajó vendiendo cigarrillos, confites y también dedicarse a la construcción.

Desde pequeño perteneció a una familia trabajadora y con suficientes ganas de salir adelante. Su padre fue vareador en el Hipódromo de Monterrico y su madre halló en la venta ambulatoria un sustento para el hogar.

“Recuerdo mucho los días en que había carrera. Mi madre y mis hermanos íbamos al hipódromo a vender cancha, habas, maní, cigarrillos y caramelos” cuenta Aristóteles Breña al recordar dicho momento de su vida.

Cuando acabó el colegio, fijó su mirada en el deporte encontrando talento en el fútbol. “Quería ser futbolista profesional. Era mi pasión en ese momento”, sin embargo, la difícil situación socioeconómica que vivía el Perú, canceló sus ilusiones y lo empujó a buscar nuevos horizontes. Panamá fue el destino planeado.

Al llegar, Aristóteles comenzó a trabajar en construcción, pero el destino le tenía deparado un camino distinto. “Mis tíos vivían en Panamá, se dedicaban al restaurante. Siempre me invitaban a trabajar con ellos”, narra nuestro compatriota. Así fue como rápidamente fue entrando al mundo de la cocina, estando contacto con los aromas y los ingredientes encontró su pasión.  

Todo comenzó cuando tan solo observaba a los cocineros en plena faena, despertó su deseo por dominar el arte culinario. Aprendió nuevas recetas, secretos de la cocina y técnicas que iba absorbiendo como una esponja ávida de conocimiento.

“Estaba lavando los platos, pero me llamaba mucho la atención el manejo de los cocineros. Entonces me ponía a ver lo que hacían y todo lo apuntaba en un cuaderno”, recuerda.

Nazca 21

Aristóteles y su hermano, fueron quienes tomaron rienda de un nuevo sueño, abrir su propio restaurante.  Comenzaron con la búsqueda de un lugar que albergara su anhelado proyecto. Negociaron y lucharon por conseguir el local perfecto.

De este modo, comenzó la historia de Nazca 21, un restaurante dedicado a la gastronomía peruana en Panamá. 

Como muchos emprendimientos, los primeros días no fueron fáciles. Se endeudaron y junto a su esposa, se quedaron a vivir en el restaurante.

“Fuimos avanzando poco a poco, dos años después abrimos otra sede en Coronado que es el área de playa y un año y medio después abrimos en Costa del Este”, destaca. Con el paso del tiempo, el restaurante se convirtió en un referente de la gastronomía peruana en Panamá, atrayendo a una variada clientela que incluía artistas famosos como Rubén Blades, Andrés Hurtado, Cuto Guadalupe, Manolo Cardona, entre otros.

Entre los planes futuros de Aristóteles se vislumbra la internacionalización de Nazca 21, así como la planificación de hacer un par de proyectos que tenga como protagonista al pollo a la brasa en Panamá. Asimismo, tiene pensado iniciar nuevos proyectos como la de una escuela de cocina en colaboración con la alcaldía de Moquegua, en Perú. 

Finalmente, y a modo de despedida Aristóteles brinda un mensaje con características de vida, que en su caso fueron aplicados con rigor y le dio como recompensa lograr el éxito en Panamá.

“Fijen sus metas, trabajen siempre en pro de esa meta, pónganle todo el empeño del mundo y nunca pierdan el objetivo, perseveren siempre”.